ENVÍO GRATIS PARA PEDIDOS SUPERIORES A 45 EUROS

Te presentamos a Nabla: la mejor de las anécdotas La Vida Camper

Aviso: con este post las posibilidades de llorar son bastante altas. Nosotras también nos hartamos de llorar cuando nos pasó todo esto. Vamos allá: así encontramos a Nabla de La Vida Camper.

Fue cuando Juan, nuestro cirujano de precisión, arreglaba la furgo, cómo no.  Se encontraba en el barrio donde vive su familia, porque allí se siente como en casa y todo el mundo se conoce, se respeta y se ayuda. Es más, hacemos spoiler, ahora Nabla es allí la reina del barrio y ella, que es una perra muy educada, les muestra su barriguita como tarjeta de visita. Hay que añadir que el taller favorito de Juan es, obviamente, el callejero por la cantidad de historias, anécdotas y buena gente que se ha llevado.

La anécdota que venimos a contaros pasó hace cuatro años, estando Juan de vacaciones (a Rocío le tocó pringar, y como no tenía ningún día libre no pudimos salir con la furgo).

¡Eh! Pero que eso no es ningún problema para mí. Si os soy sincero, me vino hasta bien, porque tenía algunos “bricos” en mente y muchas ganas de ponerme a ello. Sí, soy así de raro….

Juan, de La Vida Camper

El primer día de vacaciones llegó y desde bien temprano ya estaba, allí, con la furgo liado: herramientas, materiales y una buena libreta donde iba apuntando todo (ahora utilizamos Arreglao, echadle un ojo).

Aquí viene la parte triste y cortarollos. ¿Sabéis que vio Juan mientras estaba con la furgo aquel día? Tuvo que presenciar cómo un hombre golpeaba con un palo a una camada de 3 perritos. Iba tras ellos mientras los golpeaba e insultaba y no podía dar crédito a aquella situación tan desagradable. Ahí, con la furgoneta tan tranquilo y a apenas 30 metros, ese señor golpeándolos en plena calle.

Me quedé congelado, no pude hacer nada. Y los días de después no paré de lamentarlo.

Juan, de La Vida Camper

Este hombre vivía en su furgoneta y mentalmente parecía no estar muy equilibrado. Llevaba poco por allí y, según nos contaron algunos vecinos, no era la primera vez que los golpeaba, y en varias ocasiones la policía acudió por allí. Un chico cartero que pasaba por esa zona hizo lo que nadie se atrevió a hacer esa mañana y lo increpó: el comportamiento de aquel hombre para que parara de golpearlos. Desde aquí, te damos las gracias por hacer aquello que nosotras no pudimos. Como era de esperar aquel hombre se puso bastante agresivo, aunque el cartero valiente no daba su brazo a torcer y repetía: “para de pegarles o llamo ahora mismo a la policía”.

Imaginaos el espectáculo de gritos y discusiones mientras aquellos cachorros temblaban y lloraban dentro de aquella furgoneta, aquel hombre los cogía, los revoleaba y seguía discutiendo justificando que se encontraban “bien”.  Cuando Juan no pudo aguantar más aquello, recogió y se fue a casa con el corazón roto y la moral un poco destruida. Pero siguió dándole vueltas y vueltas, y cuando volvió a seguir con los bricos la furgoneta maldita seguía allí, y los cachorros estaban dentro llorando. Estaban encerrados en un vehículo, en verano y al sol.

Algunos vecinos alertados por los llantos volvieron a llamar a la policía, pero ¿qué fue lo que pasó? Pues que la policía llegó y después de mucho hablar con él, se fueron sin más. Deciros que situaciones de estas se dieron muchas veces y varias noches seguidas pero, tristemente, la policía no llegó a retirarle a los perritos en ningún momento. Pasaron los días, y la situación seguía igual.

Hasta que un día, aquel señor se acercó a Juan preguntando por uno de sus cachorros. Después de la alegría inicial de saber que había escapado de una tortura, estuvo buscándolo por la zona toda la tarde pero no lo encontró. La angustia seguía, y las vueltas a la cabeza…

nabla la vida camper con bob
Nabla con su amigo fiel Bob

Último día de vacaciones y de brico, dedicado a construir un carro con ruedas para el perro de una amiga., que estaba mayor y le costaba andar. Y aparece uno de los vecinos con uno de aquellos cachorros en los brazos, sucio, asustado después de pasar toda la noche debajo de un coche. Nos dijo que lo devolviéramos al dueño nada más llegase, así que lo tapamos y lo metimos en la furgo intentando no involucrarnos mucho.

Gracias, María, por darme la fuerza y el apoyo necesarios para que diese el paso correcto y ese perrito nunca volviera con aquel hombre.

Juan, de La Vida Camper

No, no volvió a estar encerrado en una furgoneta y llorar de miedo. Juan recogió todo a la velocidad de la luz y llevó a aquel cachorrito a un veterinario para ver cómo se encontraba de salud. No tenía documentación, estaba desnutrido y tenía una lesión en una de sus patas traseras que lo hacía cojear.  Tenía cuatro meses y era ella, y no él.

Nabla con Juan en su primera noche. Ojo a la sonrisilla.

“Rocío, mira lo que me ha pasado”, eso fue lo primero que le escribió junto con una foto que también le mandó cuando ya estaba en casa con la perri. En principio y después de hablarlo, teníamos claro que le buscaríamos un hogar en el que la cuidaran como se merece. Pero, después de dormir con ella la primera noche, todo cambió. Lo tenía claro, y Juan no estaba dispuesto a separarse de ella nunca más. Nabla, que así le pusimos, iba a ser nuestra nueva compañera de vida. 

Nabla, la más adorable de La Vida Camper

Nabla es ahora la perra más querida del barrio y actualmente viene con nosotras a todos los lados que nos lo permiten. Y que sepáis que es la mejor perra del mundo, aunque todo el mundo dice lo mismo de los suyos. ¿Queréis saber qué pasó con aquel hombre? Pues a los dos días desapareció para siempre y, hasta la fecha, no hemos vuelto a saber nada de él. Espero que se haya recuperado, porque no se le veía bien de salud.

Nabla con Rocío, de aventuras. La que no quería perris, mírala.

¿Y queréis saber qué sucedió con sus dos hermanos? Pues desgraciadamente de uno sabemos muy poco, pero de la otra hermana de Nabla sabemos bastante: se llama Mía, su dueña Iris y es una de nuestras mejores amigas. Mía también se escapó al día siguiente que Nabla y después de recorrer mucha distancia sola y por carretera, se encontró con la mejor persona con la que podía toparse. La historia de Mía da para otro post, que si nos deja su mami ya os subiremos,. Ya os decimos que Iris la adoptó y actualmente Mía es tan buena y cariñosa como su hermana Nabla. Las dos viven con una familia que las quiere, protege y mima y siempre que pueden, quedan juntas para jugar, jugar y jugar.

Sobre nosotras

nosotras la vida camper

Hace 5 años no teníamos ni idea de lo que nos esperaba, y nos lanzamos a comprar una furgo con más de 30 años. Empezó a formarse un proyecto de vida que nos ha hecho crecer y conocer a gente maravillosa.